CyA Proyectos - Estudio de ingeniería en Valladolid

Entrevista a: José Ramón Hernández Correa

Nací en 1960 en Madrid. Arquitecto por la ETSAM en 1985. Doctor Arquitecto por la Universidad Politécnica en 1992. Fui profesor asociado de proyectos en la ETSAM durante el curso 1989-1990.

Biografía

José Ramón Hernández Correa

Me gusta escribir y he ganado algún premio de cuentos y de novela. Tengo algún libro publicado. El último es Necrotectónicas. Muertes de arquitectos, 2014, Ediciones Asimétricas, Madrid.

Toco (muy mal, pero me gusta ponerlo) el saxo tenor y fui segundo saxo tenor (éramos dos) en la Banda Municipal de Seseña. También formé parte de la Onsiverdi Seseña Big Band. (Ahora no toco nada; una pena).


Entrevista

  1. ¿Ve a los jóvenes arquitectos mejor o peor preparados que cuando terminó usted la carrera? No lo sé. Por una parte cuando yo estudié la carrera eran seis cursos. Más que ahora. (Aunque creo que con el master se pone ya más o menos en eso).
    Pero por otra, ahora los alumnos se ponen a hacer proyectos desde el primer curso y nosotros empezábamos en tercero. Perdíamos demasiado tiempo con cálculo, álgebra, ampliación de matemáticas, física, ampliación de física… Creo que esas asignaturas tienen ahora más lógica y están mejor estructuradas en el programa de la carrera.
    Me sorprende mucho el altísimo nivel gráfico de los recién titulados, que dominan unas herramientas de diseño con las que yo no puedo ni soñar.
    Y otra gran ventaja de la generación actual sobre la mía es el dominio del inglés. Parece una tontería, pero cuando yo estudiaba era rarísimo el alumno (y el profesor) que sabía otra lengua aparte del español y ahora es lo normal. Eso me acompleja mucho. (Sobre todo cuando un joven me pasa un texto o –aún peor- un audio en inglés sin concebir siquiera que yo no lo vaya a entender).
  2. ¿Qué le recomendaría a alguien que quiere estudiar arquitectura? Uf. No sé. Es todo muy difícil. Una vez hablé de esto en mi blog. Lo primero, si alguien necesita mi consejo o mi apoyo para estudiar arquitectura es mejor que no la estudie. Tiene que estar más que decidido y no esperar a que nadie le anime. Tiene que estar loco por estudiar arquitectura. Y si es así no necesita que yo le diga nada.
    Siempre se ha dicho que para estudiar arquitectura se te tienen que dar bien las matemáticas y el dibujo. Eso quiere decir más o menos que tienes que ser una persona creativa y “soñadora” con la mitad del cerebro y maniática de las estructuras, de las mediciones y de los presupuestos con la otra. O sea, que tienes que estar capacitado para imaginar y al mismo tiempo para realizar y te tienen que gustar mucho ambas cosas.
  3. Una manía incorregible Muchísimas. Soy muy desordenado. Mi mesa es de vergüenza ajena (bueno, propia en mi caso). Antes tenía muy buena cabeza y sabía dónde estaba cada cosa en medio del desorden, pero ahora soy cada vez más desastre.
    Otra manía: Le tengo un aprecio patológico al papel. No desperdicio nada. Lo uso por ambas caras, y cuando ya está lleno no lo tiro, sino que lo sigo aprovechando para escribir o dibujar alguna cosa en los márgenes o en las esquinas. Siempre tengo papeles con cientos de anotaciones. Los tiro a la papelera cuando ya no les cabe nada más. Y luego los llevo al contenedor de papel. Defiendo esta manía enarbolando la bandera de la ecología, pero me dicen que no, que la realidad es que soy un tacaño miserable. Lo niego porque esto no me pasa con otras cosas.
    (Ah, y naturalmente, a las pocas horas de haber tirado un papel a la papelera necesito un dato que había apuntado en él, y me pongo a revolver para rescatarlo).
  4. ¿Algún proyecto del que se sienta orgulloso? Orgulloso tal vez sea mucho, pero me siento satisfecho con varios. Por ejemplo con la casa de la cultura de Seseña, mi pueblo, en cuya sala-auditorio ensayaba y tocaba con la banda, y que tiene una acústica muy buena. Me sentía feliz tocando en ese espacio que había diseñado yo. Cuando terminábamos un concierto siempre le preguntaba a algún amigo entre el público qué tal lo había oído, y me sentía muy bien.
    También alguna casa que he hecho, pero no tanto por la excelencia del diseño como por su utilidad y comodidad. Si un cliente vive a gusto y con sencillez en alguna casa mía soy feliz.
    Por el contrario, he hecho demasiadas casas ostentosas y nada sensatas, que sobrellevo con resignación.
  5. ¿Con quién le gustaría trabajar y todavía no lo ha hecho? Trabajé muchos años en pareja y fue una época muy fértil. Ahora trabajo solo y estoy a gusto así. Me gustaría trabajar con algún amigo (aunque con ello pondríamos a prueba nuestra amistad). Tengo amigos muy buenos arquitectos que me encantaría que me llamaran (o llamarlos yo) para hacer juntos alguna cosa.
  6. Un libro que todo arquitecto debería leer Aquí la gente suele ponerse muy exquisita y citar un libro rarísimo de un autor recóndito para demostrar todo lo que sabe, pero no. Voy a decir un libro básico y obvio: Saber ver la arquitectura, de Bruno Zevi. Creo que es un libro imprescindible.
    Eso en cuanto a un libro de arquitectura. Uno que no sea de arquitectura… Creo que todo ser humano debería leer La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson. (También es obvio).
  7. ¿Qué le aporta su blog “Arquitectamos locos”? De entrada, un desahogo, una válvula de escape, un alivio. Y ya de segunda vuelta muchísimas alegrías. Me lee gente que no me espero y me dan muy gratas sorpresas con sus comentarios.
    Por ejemplo, escribí sobre Curro Inza y se pusieron en contacto conmigo dos de sus hijos y una nieta. Igual con Fullaondo. Y el blog me ha servido para que me inviten a algunos actos muy agradables.
  8. ¿Ha dicho alguna vez no, profesionalmente hablando? ¿Puede confesarnos cuándo? Muy pocas veces. Soy un arquitecto todoterreno y no hay ningún encargo cutre o poco lucido para mí. Me tiro a todo. Pero sí, alguna vez. Algún encargo especialmente feo, con ilegalidad incluida. No debo dar datos porque, obviamente, al decir yo que no siempre ha habido alguien que ha dicho que sí, y no quiero meter el dedo en el ojo ni señalar.
  9. ¿Pensó en cambiar de profesión pero no lo hizo?¿Qué le dio fuerza para seguir? He maldecido mi profesión mil veces, pero nunca he pensado dejarla. Tampoco es que yo sea un héroe de la arquitectura ni tenga una fuerza especial para seguir. Es, sencillamente, que no sabría ganarme la vida de otra manera. Es posible que si pudiera vivir de crítico de la Guía Michelin visitando restaurantes, comiendo a placer y dando mis informes y valoraciones, y cobrara un buen sueldo por ello, dejara la arquitectura.
  10. ¿Cuántas horas suele trabajar diariamente? No tengo un horario fijo. He trabajado del orden de unas diez horas diarias durante muchos años, pero ahora trabajo mucho menos. Ahora no llego a las ocho horas.
  11. ¿Qué porcentaje de esas horas considera productivas? Pues ahora un porcentaje bastante bajo. En la época de mucho trabajo tenía un estudio muy bien montado, con gente muy válida y todo muy estructurado. Me parece increíble la cantidad de trabajo que fuimos capaces de sacar adelante. Pero ahora estoy yo solo, trabajo en mi casa, los encargos son muy irregulares y eso me hace dispersarme mucho, perder mucho tiempo y no organizarme bien para trabajar.
  12. ¿Agenda de papel o aplicación informática para su organización laboral y personal? Ya he dicho que soy un desastre. Con las agendas de papel jamás me he llevado bien. Con las aplicaciones informáticas he probado, pero en definitiva lo que manejo a diario es el calendario del teléfono con alarmas. La verdad es que tengo poco trabajo y me sobra con esa organización tan precaria.
  13. ¿Cree que sería conveniente implantar unos honorarios mínimos como en otros países? Yo soy de la vieja escuela y he vivido muchos años con honorarios mínimos. Era mucho mejor que ahora. Ojalá pudieran volver, pero creo que es imposible. A quien tiene el poder no le interesa. Lo único que quiere es que seamos baratos, baratos, baratos. Pero es que además nosotros mismos hemos roto la baraja y ya no hay marcha atrás. Los clientes nos han perdido el respeto y nosotros también nos lo hemos perdido. Hemos cruzado el punto de no retorno, de manera que si se implantaran ahora unos honorarios mínimos obligatorios muchos pactarían bajo cuerda honorarios inferiores, e incluso si hubiera que justificar el cobro de esos honorarios devolverían una parte en secreto. Estoy muy desanimado con todo eso.
  14. Sus herramientas de trabajo indispensables. Soy muy artesanal. Monos en papel, a mano alzada. (Hace años que no uso una escuadra ni un cartabón). Y en seguida paso a autocad.
    Y luego programas informáticos muy sencillos y elementales: Word, presto, alguna aplicación para algún aspecto del CTE… y poco más.
    Ah, y cuando me pongo tonto saco los lápices de colores.
  15. ¿Qué importancia tienen para usted las instalaciones en los proyectos que realiza? Las instalaciones son vitales para que los edificios funcionen y para que en ellos se pueda estar con comodidad.
    Suelo realizar viviendas unifamiliares, y en ellas las instalaciones, aunque por supuesto que tienen mucha importancia, no son complejas, y además son bastante repetitivas.
    Alguna vez he hecho alguna cosa más compleja con un sistema de climatización un tanto especial, pero en general las instalaciones de mis edificios son muy sencillas.
  16. ¿Cuál le parece la instalación más fácil de diseñar y cuál la más difícil según su criterio? Para mí la más fácil de diseñar es la de saneamiento, porque en realidad no se calcula, sino que se utilizan tablas o ábacos, “unidades de descarga” y cosas parecidas. Sin embargo no es fácil de ejecutar. A veces hay problemas con las cotas y hay que afinar muchísimo con las pendientes, los tubos y las arquetas estorban a la cimentación y hay más problemas de los previstos en una instalación aparentemente muy simple.
    Y lo más difícil para mí es todo lo que tenga que ver con la electricidad. La electricidad y yo no nos llevamos bien. Las instalaciones estándar de una vivienda las tengo más o menos controladas, pero hace tiempo hice un restaurante y los trifásicos… ofú.
  17. ¿Le asesora algún técnico cuando realiza las instalaciones de sus proyectos o las diseña usted? En vivienda unifamiliar que no tenga instalaciones especiales sí me atrevo, pero cuando vamos a algo más complejo siempre ha colaborado un ingeniero conmigo. (En ese caso que he dicho del restaurante, por ejemplo). Actualmente hago cosas muy pequeñas y me apaño yo solo.
  18. ¿Cree en las energías renovables o cree que es una moda pasajera? Creo decididamente en ellas y creo que tenemos mucho que mejorar, obteniendo más rendimientos. Pero ese es el camino. No hay otro.
  19. De las nuevas tecnologías que se están utilizando en la arquitectura como el BIM, realidad virtual, impresión 3D, etc… ¿Cuáles le parecen que más puede ayudar a los arquitectos en el trabajo diario? Todas. Todo está al servicio de la creatividad, de la producción y del control. Todo vale. Las herramientas son muy potentes y cada vez habrá más aplicaciones específicas.
    Si me permite, le voy a poner un ejemplo de otro campo. Mi hijo pequeño estudia Fisioterapia, y en su trabajo de fin de grado está haciendo, con otra compañera, un trabajo sobre una aplicación para visores de realidad virtual para diagnosticar y tratar ciertas lesiones del cuello. Cuando me lo dijo me quedé boquiabierto. Jamás se me habría ocurrido, pero es obvio que si se programa un buen juego, paseo, película, etc, obligará al paciente a hacer instintivamente los ejercicios precisos. Me parece una idea fantástica. (Obviamente no es suya; ya se está haciendo mucho. Él solamente está practicando con una aplicación muy concreta).
    Del mismo modo, la realidad virtual para diseñar edificios, ambientes… el BIM, la impresión 3D… todo me parece interesantísimo. Ciertamente lo primero que surge es la versión comercial: cómo vender mi proyecto al cliente; pero es muy interesante la versión productiva: cómo hacer mi proyecto.
  20. ¿Alguna mala experiencia que recuerde con las instalaciones? Sí. Creo que a todos nos ha pasado alguna vez que algún desaprensivo ejecute una instalación sin tener en cuenta otras cosas que tienen que estar ahí además de su instalación, y se producen conflictos. Esto suele ocurrir porque la construcción está muy atomizada y disgregada, y aparte del arquitecto parece que a nadie le importa la coordinación de unas cosas con otras.
    A mí, en el plazo de un día entre visita y visita, me destrozaron una viga para hacer una roza de electricidad. (Menos mal que, por casualidad, volví ese día y vi ese desaguisado). (Bueno, eso lo vi y pude dar instrucciones para su arreglo y refuerzo, pero cuántas veces habrá pasado algo parecido sin que yo me haya enterado. Ojos que no ven…).

Preguntas adicionales

¿Qué pregunta le haría al siguiente entrevistado sobre instalaciones?

"¿Qué cree que debería mejorar en los planes de estudios de las escuelas de arquitectura para que los arquitectos estuviéramos mejor formados en instalaciones?" (En instalaciones en general o en alguna en concreto).

La pregunta del anterior entrevistado para usted es
"¿Crees que debería exigirse una responsabilidad compartida en obra para los ingenieros y arquitectos de una obra, por pequeña que sea? Dicho de otra forma: ¿Se debería exigir por Ley (LOE) que además de un aparejador y un arquitecto haya un ingeniero en toda obra? "

Creo que no es necesario en obras pequeñas, pero en obras de cierta entidad es imprescindible. Aunque la ley no lo exija lo hacemos así siempre. Creo que la ley va en el sentido contrario desde hace muchos años, cosa bastante sorprendente en un país tan tupido de legislación como el nuestro. Las leyes suelen decir eso de “técnico competente” y ellas mismas a menudo no aclaran quién lo es para hacer según qué cosas.
Más que por ley, creo que los colegios profesionales deberían agilizar y mejorar las fórmulas de colaboración, y cada técnico interviniente debería firmar su parte y responsabilizarse de ella, pero dentro de un proyecto conjunto del que todos se sientan satisfechos y se consideren coautores. Eso ya existe, pero se debería hacer más fácil y más ágil. (Visados y seguros combinados, documentos combinados mixtos para pedir licencia, etc.).


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José Ramón Hernández Correa
José Ramón Hernández Correa